Crónica: "Concierto de Metallica en Argentina"
El 30 de marzo de 2014, Metallica brindó el
último concierto de su gira sudamericana, en el Estadio Único de La Plata, al
cual tuve la fantástica oportunidad de asistir.
En medio de una noche cálida y luego de
horas esperando en la entrada, la apertura de la puerta de ingreso colmó de
euforia los corazones de miles de fanáticos que cantaban al ritmo de
"Master of Puppets", uno de los temas más populares de la banda.
A medida que transcurrían los minutos, era
increíble ver como se colmaba el estadio, hasta llegar a los más de 50.000 fans
que concurrimos.
A las 22 tal como estaba planeado, hizo
su ingreso la banda soporte "Cirse", la cual brindó 3 temas de su
último álbum.
Media hora más tarde, la locura
multitudinaria, de cánticos, gritos, y gente haciendo pogo, aclamando a sus
ídolos, fue interrumpida por un silencio repentino que duró sólo un segundo,
cuando unos fuegos artificiales salieron del borde del escenario. Dando así,
comienzo a uno de los shows más espectaculares que recibimos en nuestro país.
Durante el recital, James Hetfield y su
banda realizaron 3 cambios de vestuario,
siempre acompañados de la ovación del público.
Tuve la suerte de presenciarlo desde las
primeras filas del campo. Pero la gente que estaba más lejos, contaba con 2
pantallas de led gigantes, estratégicamente ubicadas a los costados del
escenario.
El show no paró de brindarnos alegría a las
miles de almas que asistimos. Con sus 18 canciones acompañadas de un sonido
digno de una banda tan grande como Metallica, los miles de fanáticos se
mantuvieron cantando los temas de principio a fin.
Ya al final del concierto, la banda tocó su
último tema, era el que formaba parte de su último álbum. El tema fue
"Lords of Summer", y, para mi gusto, fue el mejor. Los espectadores
solamente cantaron el estribillo, ya que era nueva.
Cuando todo terminó, agradecieron al
público, se despidieron, y una lluvia de fuegos artificiales innundó el cielo.
Mientras todas las personas comenzaban a
hacer pogo otra vez, y algunas se retiraban, yo me sentía muy feliz, de haber
hecho realidad mi sueño de poder ver a mi banda favorita, tocando delante de
mis ojos.
Me fui del estadio pensando en cómo tocaba
la batería Lars, y me asombraba la rapidez de sus brazos.
En mi cama, dormido, soñé que volvía a estar
en el recital, pero ésta vez, tenía mis propios fanáticos, y ya no era un
espectador.
Tomás E. Todorovich, 10 de
Junio de 2014
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